La infancia de mi abuela
Cuando fui a ver a mi abuela me contó estas cosas de su
infancia:
Nació el 25 de diciembre de 1932, en su casa como todos sus
hermanos y el pueblo entero, con ayuda de una partera (comadrona) que se llamaba doña Josefa.
Fue la sexta de 8 hermanos, aunque recuerda que su madre le
contara que murieron de bebes dos más.
Su familia era muy pobre, su padre trabajaba en una fábrica
de harina, aunque ganaba muy poco y su madre se dedicaba a arreglar los asientos
de la silla que en aquellos tiempos eran de enea. Pero ni con eso podían comer
bien pues eran muchos y el dinero era muy escaso.
Algo que recuerda de su infancia es ir con su madre y más tarde sola casa por casa por si
necesitaban que les arreglara alguna silla.
Apenas fue unos meses a la escuela por lo que no aprendió a
leer ni a escribir, pues la madre la obligaba a ir a las casa a buscar las
sillas y una vez arregladas devolvérselas a sus dueños
Aunque cuando tenía cuatro años empezó la guerra civil, no
recuerda mucho de esos tiempos, solo
escuchar comentarios de que se habían llegado de su casa a este o aquel vecino
o conocido y no lo volvían a ver.
Recuerda haber jugado a la comba o a los cromos con sus hermanos/as y algunos vecinos y que
cuando llegaban las navidades los vecinos hacían las zambombas, que era cantar
villancicos con zambombas y panderetas, en eso solo consistían sus diversiones.
Me cuenta que su primera comunión la hizo con un traje de
flores que le dio la doctrina (lo que ahora sería algo parecido a caritas) y que
ese día le dieron un chusco de pan para ella sola
Su padre murió cuando mi abuela tenía 8 años y su madre queda viuda con ocho hijos, recuerda haber pasado mucha hambre,
pues a veces solo comía una sardina,
arenque, otras veces un gazpacho y otros una tortilla de cebolla y perejil, me
cuenta que en eso consistía su comida de diario.
Cuando sus hermanas mayores se fueron casando ella todavía
era pequeña unos 11-12 años su madre la
mandaba a casa de sus hermanas que vivían
en el campo para ayudarles a criar a sus sobrinos, a cambio estas le daban de comer por lo que me dice que no se
puede decir que tuviera en realidad una infancia.
A mi abuela le hizo mucha ilusión que alguien se preocupara
de su infancia pero le daba pena recordar algunos momentos.
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