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sábado, 9 de noviembre de 2013

La infancia de mi abuela

Cuando fui a ver a mi abuela me contó estas cosas de su infancia:
Nació el 25 de diciembre de 1932, en su casa como todos sus hermanos y el pueblo entero, con ayuda de una partera (comadrona) que se  llamaba doña Josefa.
Fue la sexta de 8 hermanos, aunque recuerda que su madre le contara que murieron de bebes dos más.
Su familia era muy pobre, su padre trabajaba en una fábrica de harina, aunque ganaba muy poco y su madre se dedicaba a arreglar   los   asientos de la silla que en aquellos tiempos eran de enea. Pero ni con eso podían comer bien pues eran muchos y el dinero era muy escaso.
Algo que recuerda de su infancia  es ir con su madre  y más tarde sola casa por casa por si necesitaban que les arreglara alguna silla.
Apenas fue unos meses a la escuela por lo que no aprendió a leer ni a escribir, pues la madre la obligaba a ir a las casa a buscar las sillas y una vez arregladas devolvérselas a sus dueños
Aunque cuando tenía cuatro años empezó la guerra civil, no recuerda mucho  de esos tiempos, solo escuchar comentarios de que se habían llegado de su casa a este o aquel vecino o conocido y no lo volvían a ver.
Recuerda haber jugado a la comba o a los cromos con  sus hermanos/as y algunos vecinos y que cuando llegaban las navidades los vecinos hacían las zambombas, que era cantar villancicos con zambombas y panderetas, en eso solo consistían sus diversiones.
Me cuenta que su primera comunión la hizo con un traje de flores que le dio la doctrina (lo que ahora sería algo parecido a caritas) y que ese día le dieron un chusco de pan para ella sola

Su padre murió cuando mi abuela tenía 8 años y su madre queda  viuda con ocho  hijos, recuerda haber pasado mucha hambre, pues a veces  solo comía una sardina, arenque, otras veces un gazpacho y otros una tortilla de cebolla y perejil, me cuenta que en eso consistía su comida de diario.
Cuando sus hermanas mayores se fueron casando ella todavía era pequeña unos 11-12 años  su madre la mandaba a casa de sus hermanas  que vivían en el campo para ayudarles a criar a sus sobrinos, a cambio estas le  daban de comer por lo que me dice que no se puede decir que tuviera en realidad una infancia.   

A mi abuela le hizo mucha ilusión que alguien se preocupara de su infancia pero le daba pena recordar algunos momentos.

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